¿POR QUÉ SE HA DEMONIZADO LA PALABRA DIETA?

Hoy en día se ha demonizado la palabra dieta.

Vivimos en una sociedad polarizada donde predominan los extremos y hemos pasado de recibir mensajes que nos incitaban a realizar dieta, que bombardeaban con información sobre distintos tipos de dietas para la pérdida de peso al momento actual, en el que nos dicen que no realicemos ninguna dieta, que no restrinjamos ningún alimento, que huyamos de la cultura de la dieta.

El problema no es la dieta.

Si pensamos en la palabra dieta, inmediatamente la asociamos a la pérdida de peso, pero el objetivo de la dieta no tiene que ser siempre éste, una dieta puede ser un plan de alimentación que podemos seguir para diferentes fines.

La palabra “dieta”, proviene la palabra “diaita” que tiene sus orígenes en la Grecia clásica y que se utilizaba para referirse a modo o estilo de vida que se derivaba a su vez del verbo “diaitan“ que significa regir uno su propia vida.

Si hablamos de la dieta alimentaria, podemos decir que sería el estilo de alimentación que cada uno decide y elige que esté presente en su vida.

Existen muchos tipos de dietas.

Por ejemplo, si para nosotros el valor de la naturaleza, de cuidar a los animales es fundamental, podemos elegir una dieta vegetariana o vegana.

Si tenemos un diagnóstico de alguna enfermedad que tenga su origen en la inflamación, como es el caso de las mujeres que tienen lipedema, será beneficioso para la salud mantener una alimentación antinflamatoria.

Si tenemos intolerancia a la lactosa, será importante eliminar el consumo de leche.

Y también, por qué no, si hemos cogido algún kilo y nos sentimos más incómodas a nivel de movilidad o a nivel estético, podemos decidir restringir durante un tiempo algún alimento como el pan o los dulces.  

El problema no es la dieta, el problema es desde donde se haga la dieta y sobre todo quien decide hacer la dieta.

Y es aquí donde cobra mucha importancia las características psicológicas de la persona que decide hacer la dieta

No es tan importante el alimento o el estilo de alimentación, sino la manera en la que nos relacionamos o vinculamos con el alimento o la dieta que hayamos decidido elegir.  

Si nos vinculamos en nuestras relaciones desde el control y la obsesión, seguramente nos vincularemos con los alimentos desde el control y desde la obsesión. Si no podemos ser flexibles en nuestra vida seguramente no podremos ser flexibles con la dieta que hayamos elegido. Da igual que el alimento sea una zanahoria o que sea un bollo de chocolate.

Si restrinjo algún alimento desde una relación tormentosa con mi cuerpo en la que quiero conseguir un cuerpo ideal para ser feliz, estaré dando a mi cuerpo el poder de sentirme bien o mal según sea su forma o bien estaré poniendo en mi cuerpo mi malestar o mi deseo de controlar algún otro aspecto de mi vida.

Esto es lo que es realmente la cultura de la dieta, cultura que nos dicen que solo seremos adecuadas o suficientes si tenemos una cuerpo ideal y esto es lo que nos lleva a obsesionarnos con lo que comemos, generándonos un gran sufrimiento y llevándonos a entrar en un bucle sin salida.

Es por este motivo por el que la comida puede ser una herramienta de autoconocimiento.

Si cambiamos la relación que tenemos con nosotras mismas podremos cambiar la relación que tenemos con los alimentos y al revés, si cambiamos nuestra relación con el alimento podemos cambiar la relación que tenemos con nosotras mismas.  

Si trabajamos nuestro nivel de autoexigencia, nuestro perfeccionismo, nuestra necesidad de control, nuestra gestión emocional podremos realizar alguna dieta o cambiar nuestro estilo de alimentación por las razones que sea o con una finalidad determinada.

Solo realizando este trabajo podremos elegir desde la libertad lo que comemos, no desde el control o desde el conflicto con el cuerpo sino desde el bienestar para nuestro cuerpo.

Es indiscutible y está comprobado que mantener una estilo de alimentación, restringir algunos alimentos o llevar una dieta saludable tiene unos enormes para la salud física y mental.

¿Entonces porqué demonizar la palabra dieta?

Cambiemos el significado que le damos a la palabra dieta y preguntémonos desde donde hacemos nosotros una dieta.

¿Desde dónde eliges tú tu dieta o estilo de alimentación?

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