Nunca antes había habido tanta información sobre salud y sobre lo que es autocuidado.
Cuando pensamos en la palabra autocuidado nos viene a la cabeza un montón de acciones a llevar a cabo sobre lo que nos dicen que tenemos que hacer:
- dormir ocho horas.
- realizar ejercicio a diario.
- meditar por la mañana.
- madrugar mucho.
- comer verde y cinco veces al día.
- estar activas.
- sentirnos guapas.
- agradecer por las noches.
- escribir lo que sentimos.
- expresar la rabia.
- planificar el tiempo.
- tener ocio.
- cuidar nuestros pensamientos.
En esa lista interminable nos cargamos de los “tengo que”, de “los debería”, buscamos la perfección y nos perdemos en la autoexigencia.
Y no solo eso, sino que nunca es suficiente y no llegamos a hacer todo eso que es bueno hacer y al final, esto nos causa más insatisfacción que bienestar.
Vivimos en la era de la sobreinformación, de las redes sociales, de las mil y una teorías muchas de ellas sin base científica.
Empezamos a cuidarnos desde la mente, nos quedamos en todo eso que nos dicen que tenemos que hacer, nos llenamos de un montón de intenciones y olvidamos el cuerpo.
No escuchamos lo que verdaderamente necesita nuestro cuerpo.
El autocuidado no es lo que nadie nos dice que es conveniente para nosotras. El autocuidado es lo que tú crees que es conveniente para ti, sin tener que encajar en un estándar.
Lo importante es que tú elijas que es autocuidado desde tu momento presente y tus necesidades.
Cada momento presente es diferente y solo puedes cuidarte desde la consciencia de lo que necesitas ahora.
Cuestiona y decide qué es autocuidado para ti.
Es importante escucharte a diario y en esa escucha interna respetarte, conectar con tus valores y encontrar la motivación para hacer aquello sabes que es adecuado hacer porque tú lo crees así.
Y desde ahí entender que eso que te planteas no es un objetivo en sí al que hay que llegar sino un proceso que se vive día a día con altibajos.
Cuando sientas que eso a lo que quieres llegar te aleja del aquí y ahora, te desconecta de tus necesidades o te provoca estrés siempre puedes parar y soltar y sobre todo ser comprensiva y compasiva contigo misma
No dejes que nadie te diga lo que es autocuidado, lo que es conveniente para ti.
Te invito a cuidarte desde la consciencia de lo que tú necesitas ahora y no desde la necesidad de llegar a eso que te dicen que tienes que conseguir.
Te invito a acallar tu mente y a escuchar tu cuerpo.